18/2/10

Este gris que tiñe mi rojo


De repente mi corazón se vuelve a tambalear, yo creí tenerlo bien apuntalado pero no ha sido así. Hoy me vuelvo a sentir fatal, que mala es la derrota del amor, nunca hasta ahora la había probado y que mal me está sabiendo... Dicen que es bueno probar nuevas sensaciones, pero de esta, yo, hubiera prescindido. En fin, he decidido no hacerme la valiente y no querer convertir todos los momentos en buenos, estoy aprendiendo que cuando se tienen ganas de llorar hay que llorar que de nada sirve sonreir si por dentro estás llorando, he decidido llorar para sacarlo todo y en poco tiempo, espero, volver a sonreir desde dentro...

La poesía de Neruda, en la que tantas veces me he visto reflejada, una vez más, busco, en ella, el poema que expresa lo que siento..., esta noche yo también podria escribir los versos más tristes.


POEMA XX
PUEDO escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: " La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

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